Filosofía

Dinero y felicidad ¿Cómo se relacionan?

Introducción

Muchas personas creen que el dinero, la riqueza y la fama les dará felicidad. Sin embargo, cuando lo logran, o cuando envejecen, se dan cuenta de que estaban equivocados, y que si buscaban algo, no era lo que encontraron. Esto se relaciona con el concepto de adaptación hedónica, la tendencia del ser humano a retornar rápidamente a un nivel de felicidad de equilibrio luego de vivir eventos positivos o negativos. Es decir, nuestro nivel de felicidad no depende de lo que logremos en la vida, no depende del dinero, la riqueza o de cualquier otro objetivo que cumplamos. En general, la consecución de nuestras metas sólo nos dará una felicidad transitoria.

¿Cuál es la respuesta da la filosofía y la religión?

Muchos filósofos y religiosos que han estudiado el tema de la felicidad han llegado a una conclusión general. La felicidad y el sufrimiento son estados mentales, que dependen de nuestras percepciones del mundo, de cómo los estímulos internos y externos aparecen en nuestra consciencia; y luego les damos una interpretación y nos identificamos con ellas. Es por ello que, personas que tienen muy poco pueden ser felices, y, simultáneamente, personas que tienen mucho dinero, fama y riqueza se pueden sentir miserables.

Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una percepción, no la verdad.

Marco Aurelio

Si quieres ser feliz, cambiar tu percepción del mundo puede ser más efectivo que tratar de cambiar el mundo, y para eso debes entrenar tu mente, a través de prácticas como el mindfulness. Como dice Sam Harris: la calidad de tu mente determinará la calidad de tu vida.

Las cosas en que piensas determinan la calidad de tu mente. Tu alma toma el color de tus pensamientos.

Marco Aurelio

¿Qué nos indica la evidencia?

En este artículo se describe el estudio de Daniel Kahneman y Angus Deaton, ambos ganadores del Premio Nobel de Economía, titulado: High income improves evaluation of life but not emotional well-being, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS.org).

Los autores responden esta pregunta usando datos de una encuesta de Gallup (Gallup-Healthways Well-Being Index) que mide una serie de variables relacionadas con el bienestar. El estudio se enfoca en las respuestas de más de 450.000 encuestados en EEUU, durante 2008 y 2009.

Bienestar emocional y Evaluación de la vida

Los autores distinguen dos conceptos, que normalmente son confundidos.

El bienestar emocional (bienestar hedónico o felicidad experimentada) se refiere a la calidad emocional de la experiencia de un individuo en el día a día. La frecuencia e intensidad con que experimenta la dicha, fascinación, ansiedad, tristeza, ira y otras afecciones que hacen que la vida sea agradable o desagradable.

La evaluación de la vida se refiere a los pensamientos que tiene una persona acerca de su vida.

https://www.solutionsforabetterday.com/mood-meter-for-children

Encuesta GHWBI

Las encuestas que miden el bienestar subjetivo generalmente se enfocan en la evaluación de la vida, ya que hacen preguntas como: ¿Qué tan satisfecho está con su vida en general? Sin embargo, la encuesta GHWBI es una excepción, ya que se esfuerza por medir los dos conceptos descritos. En particular, el bienestar emocional es medido a través de preguntas sobre la presencia de varias emociones experimentadas el día anterior: placer, felicidad, ira, tristeza, estrés, preocupación.

Los autores encuentran que el bienestar emocional y la evaluación de la vida se correlacionan de forma distinta dependiendo de las circunstancias de la vida de las personas, destacando la relación con el ingreso.

https://news.gallup.com/poll/247034/hawaii-tops-wellbeing-record-7th-time.aspx

Adaptación hedónica

La pregunta a responder es compleja, debido al fenómeno conocido como adaptación (hedónica), que hace que la diferencia de bienestar entre dos individuos cuyos ingresos difieren en $100,000 no sea muy grande, en comparación con la alegría y miseria que estos individuos inmediatamente experimentarían si intercambiaran sus ingresos. El efecto de largo plazo de las diferencias de ingreso en el bienestar es mucho más pequeño que las que uno intuitivamente esperaría.

Análisis de regresión

Sin embargo, si se hiciera regresión del bienestar sobre el ingreso y otras variables, se encontraría que el ingreso de los hogares tiene un efecto significativo y cuantitativamente importante en el bienestar. El ingreso importaría tanto para el bienestar emocional como para la evaluación de la vida, pero hay circunstancias en que importa para el segundo pero no para el primero.

Kahneman y Deaton sugieren que la confusión en las explicaciones de estudios previos de la relación entre ingreso y bienestar se debería a un análisis incorrecto. En particular, los autores sugieren que la variable ingreso no se debe usar en dólares, sino que se debe transformar a escala logarítmica, usando la Ley de Weber como argumento, que se aplica a la dimensión cuantitativa de percepciones y juicios. La ley de Weber señala que el estímulo efectivo para la detección y evaluación de cambios o diferencias en estas dimensiones es el cambio porcentual, no el cambio absoluto.

Si se grafica la relación del ingreso en dólares y el bienestar, se encontraría una función cóncava, una U invertida, que implica que luego de cierto nivel, el ingreso ya no produciría mejoras de bienestar (e incluso, podría disminuir el bienestar). Este resultado se ha encontrado en estudios de evaluación de la vida y GDP; sin embargo, esta relación sería espuria, ya que no considera la ley de Weber. Si se considera, entonces la relación entre evaluación de la vida y GDP se hace lineal: duplicar el ingreso produce incrementos similares del bienestar, tanto en países pobres como ricos.

Resultados

Los autores definieron las siguientes variables de resultados:

  • Sentimientos positivos (positive affect). Es el promedio de tres variables dicotómicas: felicidad, placer y risas/sonrisas frecuentes.
  • Sentimientos azules (blue affects). Promedio de la preocupación y tristeza.
  • Estrés (stress). Reporte de estrés, variable dicotómica analizada por separado.
  • Evaluación de la vida (Ladder). Medida en escala de a 1 a 10, donde 10 es más positivo.

Se encuentra que la mayoría de las personas en EEUU están felices y satisfechas con sus vidas. El 85% de los encuestados experimentó muchos sentimientos positivos, mientras que los sentimientos azules fueron reportados por un 24%. El estrés fue experimentado por el 39% de los encuestados. El promedio de la evaluación de la vida fue de 6.76 (es escala de 1 a 10). En comparación con otros países, EEUU se ubica alto en el ranking de bienestar.

Respecto de los resultados de las regresiones, se encuentra que:

  • Los fines de semana se asocian a mayores sentimientos positivos y menores sentimientos azules.
  • Las enfermedades, la soledad, y cuidar adultos mayores se asocia a menores niveles de bienestar emocional y evaluación de la vida.
  • La educación superior se asocia a una mejor evaluación de la vida, pero se asocia sólo débilmente con los sentimientos positivos y azules.
  • A mayor nivel de educación, menor nivel de estrés.
  • La religión mejora los sentimientos positivos y reduce el estrés, pero no afecta los sentimientos azules (tristeza y preocupación).
  • Las mujeres reportan más sentimientos positivos y una mejor evaluación de su vida, pero también experimentan mas sentimientos azules y mucho más estrés.
  • La presencia de hijos en el hogar se asocia a aumentos significativos de estrés, tristeza y preocupación.
  • La gente mayor experimenta mayor bienestar emocional, y muchos menos estrés e ira.
  • Fumar es un predictor notablemente preciso de un bajo bienestar emocional.

En el siguiente gráfico se ilustran los resultados del análisis de regresión. Las variables negativas: sentimientos azules y estrés, se transformaron en sus complementos, de forma que valores mayores reflejen un mayor bienestar psicológico.

https://www.pnas.org/content/107/38/16489

Respecto de la relación del bienestar con el ingreso se encuentra que:

  • Para todas las medidas de bienestar, los individuos de menor ingreso se encuentran peor en promedio que aquellos de mayor ingreso. Es decir, a mayor ingreso, mayor bienestar.
  • Sin embargo, se observa un punto de saciedad. El bienestar emocional se estanca alrededor de $75,000 al año. Es decir, luego de cierto nivel, aumentos en el ingreso ya no producen ganancias de bienestar emocional.
  • En contraste, La evaluación de la vida se relaciona linealmente con el ingreso, a mayor ingreso mejor evaluación de la vida. No existe saciedad en esta relación.

Interpretación de los resultados

Los resultados para los sentimientos positivos y azulen dan una respuesta categórica a la pregunta del artículo: tener más dinero no necesariamente te da felicidad, pero tener poco dinero se asocia a dolor emocional.

Es posible que $75,000 sea un umbral a partir del cual aumentos adicionales de ingreso ya no mejoran la habilidad de un individuo para aumentar su bienestar emocional. Por ejemplo, pasar tiempo con las personas queridas, evitar el dolor físico y la enfermedad, y disfrutar del ocio.

Otra explicación es que luego del umbral, la habilidad de ‘comprar’ experiencias positivas es balanceada, en promedio, por algunos efectos negativos. Por ejemplo, algunos estudios sugieren que existe una asociación entre los altos ingresos y una menor habilidad para disfrutar de los placeres simples de la vida.

Por otro lado, se encuentra que le evaluación de la vida no muestra el mismo comportamiento, sino que siempre mejora con los incrementos en el ingreso. Esta observación permite destacar la distinción en los juicios que hacen los individuos cuando piensan respecto de su vida, y los sentimientos que experimentan mientras la viven. Los juicios son sensibles al estatus socioeconómico, pero los sentimientos dependen de las circunstancias que evocan las emociones, como pasar tiempo con la familia y amigos o cuidar de un familiar enfermo.

Comentarios finales

Concuerdo con la interpretación de los autores, de que luego de cierto umbral un mayor ingreso o consumo no aumenta la felicidad, ya que se hacen relativamente más importantes otros aspectos, cuyo consumo no depende del ingreso (lo que el dinero no puede comprar). También concuerdo en que consumir mucho disminuye la capacidad de experimentar la felicidad. Agregaría una tercera interpretación, que es que el dinero, aunque no garantiza la felicidad, nos permite evitar muchas fuentes de infelicidad (males), lo que es difícil para las personas de bajos ingresos. Por ejemplo, sin dinero no tendríamos un lugar seguro donde vivir o comida en nuestra mesa, no podríamos pagar tratamientos de salud para nosotros y nuestra familia, viviríamos siempre en la incertidumbre y el estrés.

Los resultados de este estudio no son inconsistentes con el diagnóstico de la filosofía, ya que el cómo vivimos nuestra vida es más importante que la evaluación objetiva que podamos hacer de ella.

Los antiguos estoicos ya conocían estos resultados, al menos de forma intuitiva. Por ejemplo, Musonio Rufo, sugería que no debemos evitar las incomodidades, ya que quien siempre intente evitar cualquier incomodidad tendrá una menor probabilidad de sentirse cómodo que quien de forma regular acepta ciertas molestias. Este último individuo probablemente tenga una zona de confort más amplia que el primero, y por lo tanto se sentirá cómodo en situaciones que al otro le resultarían sumamente perturbadoras. Los placeres intensos se convierten en nuestros captores. Cuantos más placeres alcance un hombre, tendrá más amos a los que servir. Quienes socaven su capacidad para disfrutar de las cosas sencillas y fáciles de conseguir habrán perjudicado seriamente su capacidad para disfrutar de la vida.

Asimismo, Epicteto afirmaba que la verdadera riqueza no significa tener muchas posesiones, sino tener pocas necesidades. Séneca señalaba que no necesitar riqueza es más valioso que la riqueza misma. También decía que si nos concedemos todos los caprichos, si nos dejamos corromper por el placer, nada nos parecerá tolerable. Las cosas nos parecerán intolerables no porque sean duras, sino porque nosotros somos blandos. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que no nos acomodamos demasiado. Así no seremos tan hipersensibles a lo que los demás hacen o dicen, y no percibiremos las vulgares trivialidades como una provocación.

Para finalizar, cito a Sócrates:

El secreto de la felicidad no está en buscar más, sino en desarrollar la capacidad de disfrutar con menos.

Sócrates

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Guillermo Acuña

Economista | Investigador | Data Scientist | Consultor

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Guillermo Acuña

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