Este blog se basa en el artículo de Julio Cesar Leandro y Delane Botelho, Consumer over-indebtedness: A review and future research agenda, publicado en el Journal of Business Research, en el año 2022.
Introducción
Contenidos
En este blog se analizan los determinantes del sobreendeudamiento, es decir, las causas o factores relacionados son el sobreendeudamiento de personas y hogares.
Factores relacionados con el individuo
Características sociodemográficas
La edad es un factor importante, ya que en numerosos estudios se ha encontrado que los jóvenes pertenecen de manera desproporcionada al grupo de los endeudados (o sobreendeudados) (Townley-Jones et al., 2008; Oksanen et al., 2015; Ponchio & Aranha, 2008; Betti et al., 2007; Jacobs & Smit, 2010; Di Giulio & Milani, 2013; Stone & Maury, 2006; Majamaa et al., 2019; Aristei & Gallo, 2016; Patel et al., 2012; Gathergood, 2012b), mientras que las personas mayores están subrepresentadas (Aristei & Gallo, 2016; Majamaa et al., 2019).
Otro resultado reiterado es que los padres solteros con hijos tienen una mayor probabilidad de estar endeudados (o sobreendeudados) (Townley-Jones et al., 2008; Anderloni et al., 2012; Betti et al., 2007; Patel et al., 2012; Gathergood, 2012b).
La presencia y el número de hijos en el hogar también aumenta la probabilidad de sobreendeudamiento (Lea et al., 1995; Oksanen et al., 2015; Ottaviani & Vandone, 2011).
En cuanto al estado civil, Townley-Jones et al. (2008) encontraron evidencia de una mayor probabilidad de sobreendeudamiento en adultos solteros, y Majamaa et al. (2019) encontraron una mayor probabilidad entre solteros y divorciados, y menor probabilidad entre casados y viudos.
Por otro lado, hay evidencia de que los niveles más altos de educación se correlacionan con niveles menores de sobreendeudamiento (Oksanen et al., 2015; Aristei & Gallo, 2016; Di Giulio & Milani, 2013; Bricker & Thompson, 2016; Majamaa et al., 2019; Gathergood, 2012b).
Se demostró que los individuos que viven en regiones menos desarrolladas económicamente tienen más dificultades para pagar (Aristei & Gallo, 2016; Di Giulio & Milani, 2013).
Las enfermedades crónicas y las discapacidades también inciden en una mayor probabilidad de sobreendeudamiento (Patel et al., 2012). Es decir, las personas con enfermedades crónicas y discapacidades presentan mayores niveles de endeudamiento.
Además, hay evidencia de un mayor riesgo para individuos de nivel socioeconómico bajo (Oksanen et al., 2015; Schicks, 2014) y aquellos con condenas previas por delitos contra la propiedad (Oksanen et al., 2015).
Algunos estudios más antiguos tienden a asociar el sobreendeudamiento con la pobreza, pero los más recientes muestran que puede afectar a todas las clases, incluyendo aquellas con un alto nivel socioeconómico.
En cuanto al género, los resultados son mixtos. En cuatro estudios, los hombres tenían más probabilidades de estar endeudados (Meyll & Pauls, 2019; Jacobs & Smit, 2010; Majamaa et al., 2019; Schicks, 2014); en un estudio, las mujeres tenían más probabilidades (Lea et al., 1995), y en otro no hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres (Ponchio & Aranha, 2008). En Chile, algunos estudios del SERNAC y CMF muestran que las mujeres tienen un mejor comportamiento de pago y niveles menores de deuda.
Etapas del ciclo de vida
Los patrones de deuda y morosidad varían dependiendo de la etapa de la vida de los hogares (Xiao & Yao, 2014; Baek & Hong, 2004). En el estudio de Xiao & Yao (2014), las parejas jóvenes con hijos de siete años o más, los solteros de mediana edad con hijos menores de 15 años, y los que tenían hijos de 15 años o más fueron los tres grupos con mayor probabilidad de estar en mora. Por el contrario, las parejas casadas mayores sin hijos tenían la menor probabilidad de estar en mora.
Ingresos, activos y resiliencia financiera
En general, se encuentra evidencia de que los ingresos más bajos se correlacionan con un mayor sobreendeudamiento (Lea et al., 1995; Townley-Jones et al., 2008; Betti et al., 2007; Stone & Maury, 2006; Aristei & Gallo, 2016; Schicks, 2014). Sin embargo, en dos estudios, el nivel de ingresos no fue significativo (Jacobs & Smit, 2010; Patel et al., 2012).
Tener más riqueza y activos también disminuye la probabilidad de sobreendeudamiento. Poseer más activos financieros se asocia con una menor deuda de consumo (Baek & Hong, 2004) y una menor vulnerabilidad financiera (Anderloni et al., 2012).
Los propietarios de viviendas o las personas que están comprando una casa tienen menos probabilidades de ser deudores crónicos (Townley-Jones et al., 2008), mientras que vivir en una vivienda alquilada aumenta la vulnerabilidad financiera (Lea et al., 1995; Anderloni et al., 2012; Gathergood, 2012b; Patel et al., 2012).
Sin embargo, Ottaviani & Vandone (2011) muestran que las personas con mayor riqueza neta tienen más probabilidades de tener deudas porque tienen mayor acceso al crédito.
Por otro lado, el estado laboral también influye en el sobreendeudamiento. Los deudores tienen más probabilidades de estar empleados a tiempo parcial, ser autónomos o estar desempleados (Lea et al., 1995; Ottaviani & Vandone, 2011; Gathergood, 2012b), mientras que los individuos empleados o jubilados exhibieron menores niveles de morosidad (Aristei & Gallo, 2016).
Factores psicológicos
El bajo autocontrol está fuertemente asociado al sobreendeudamiento (Gathergood, 2012b; Achtziger et al., 2015; Webley & Nyhus, 2001). Da Silva y sus colegas (2018) encontraron una asociación entre la falta de autocontrol, la reflexión cognitiva y las deudas, pero solo entre personas de bajos ingresos. El bajo autocontrol conduce a la compra compulsiva, lo que a su vez genera deudas (Achtziger et al., 2015). Los consumidores con menor autocontrol usan más crédito de alto costo y tienden a estar más expuestos a shocks financieros (Gathergood, 2012b). Las personas impulsivas son más vulnerables financieramente (Anderloni et al., 2012) y muestran una mayor asociación con el crédito al consumo, pero no con hipotecas (Ottaviani & Vandone, 2011).
Por otro lado, las personas con una mayor orientación al presente tienen más probabilidades de endeudarse y permanecer en deuda (Webley & Nyhus, 2001).
Otros estudios abordan la asociación entre el materialismo y el sobreendeudamiento, mostrando resultados mixtos. El materialismo está asociado con la participación en planes de pago a plazos (Ponchio & Aranha, 2008) y con actitudes más favorables hacia el gasto y la deuda (Watson, 1998).
Sin embargo, no se correlaciona con los niveles de deuda (Watson, 1998). Gutiérrez-Nieto et al. (2017) destacan la opinión de expertos de que las personas tienden a imitar a otros en sus objetivos materialistas.
Finalmente, las personas con altos niveles de neuroticismo (personas que experimentan emociones negativas frecuentemente) y baja capacidad (low in ability: bajo coeficiente intelectual) experimentan mayores dificultades financieras (Xu et al., 2017).
Actitud y comportamientos
Tener una actitud negativa hacia el crédito está negativamente relacionada con la probabilidad de tener deudas de consumo (Baek & Hong, 2004). Por otro lado, la disposición a endeudarse está más relacionada con la decisión de pedir prestado que con la cantidad de deuda (Baek & Hong, 2004), y las expectativas (por ejemplo, de ingresos futuros) se asocian con el endeudamiento (Webley & Nyhus, 2001). Por último, demostrar prudencia y cautela en los hábitos de gasto y pago resultó ser un factor significativo para predecir niveles más bajos de deuda de consumo (Baek & Hong, 2004).
Alfabetización financiera
Los análisis sobre la alfabetización financiera, la educación financiera y el conocimiento financiero como predictores del endeudamiento tienen resultados mixtos. Lusardi y Tufano (2015) encontraron que las personas con menores niveles de alfabetización sobre deudas suelen realizar transacciones más costosas, pagar tarifas más altas y utilizar préstamos de alto costo. Otros estudios mostraron que una alta alfabetización financiera reduce la vulnerabilidad de los hogares (Aristei & Gallo, 2016), y que la baja alfabetización financiera se correlaciona con el sobreendeudamiento (Gathergood, 2012b; Schicks, 2014).
En un estudio comparó la habilidad aritmética y las habilidades de manejo del dinero, que consideró como componentes clave de la alfabetización financiera, y evaluó sus efectos sobre la deuda de consumidores de bajos ingresos (French y McKillop, 2016). Los autores encontraron que las habilidades de manejo del dinero son cruciales para los resultados financieros, pero la aritmética casi no desempeña ningún papel. Se encontró que un manejo superior del dinero ayudó a reducir los niveles de deuda sobre ingresos, los créditos de alto costo y a disminuir el número de prestamistas.
Stolper y Walter (2017) encontraron resultados decepcionantes y falta de evidencia sobre la efectividad de la educación financiera en cambiar el comportamiento. Otros dos estudios (Loke, 2015; Loke, 2016) mostraron de manera similar que tener un título de educación superior, mayor conocimiento financiero y un comportamiento y actitud financiera prudente no se traduce necesariamente en una mejor gestión financiera, y que el conocimiento financiero no evita que una persona caiga en dificultades financieras.
Entorno social
Donde hay una mayor aceptación social del endeudamiento y más personas endeudadas, es más probable que otros individuos también se endeuden (Lea et al., 1995). Si un adulto en un hogar experimenta problemas de deuda, la probabilidad de que otros adultos en el mismo hogar también enfrenten problemas de deuda es mayor (Patel et al., 2012).
La comparación social también puede contribuir al sobreendeudamiento cuando genera gastos impulsados por el estatus (Lea et al., 1995). La socialización económica de los individuos también desempeña un papel en este fenómeno (Lea et al., 1995), ya que las actitudes, el uso y las opiniones de los padres sobre el crédito influyen en las decisiones financieras de los individuos (Lea et al., 1995; Stone & Maury, 2006).
Al mismo tiempo, el apoyo social puede proporcionar recursos a las personas sobreendeudadas para superar la situación. El apoyo social disminuye la probabilidad de endeudamiento, como lo ilustran Wang & Xiao (2009), quienes encontraron que los estudiantes que reciben estímulos sociales y apoyo adecuado tienen un menor riesgo de tener deudas con tarjetas de crédito.
Tipos de préstamos
Los tipos de préstamos, sus características y sus propósitos están relacionados con el riesgo de sobreendeudamiento. Por ejemplo, las personas que solicitan préstamos instantáneos tienen una mayor probabilidad de experimentar problemas de deuda (Majamaa et al., 2019); el límite de crédito y el número de tarjetas de crédito afectan la cantidad de deuda de consumo (Baek & Hong, 2004); y los problemas de pago son más probables cuando los deudores han renegociado los términos de su deuda (Aristei & Gallo, 2016).
Al mismo tiempo, la carga financiera del hogar (es decir, el porcentaje del ingreso destinado al pago de las cuotas de las deudas) es uno de los determinantes más significativos de la vulnerabilidad del hogar (Anderloni et al., 2012), y los hogares con deuda relacionada con la educación tienen más probabilidades de haber pagado facturas con retraso, de ser rechazados al solicitar un crédito y de tener altas proporciones de pago en relación con los ingresos (Bricker & Thompson, 2016).
Impacto de shocks adversos inesperados
Varios estudios destacan la gran influencia de los shocks adversos inesperados o eventos que alteran la vida en la aparición de deudas inmanejables y dificultades financieras, afectando tanto a los ingresos como a los gastos.
Las personas pueden experimentar una disminución o pérdida de ingresos, generalmente vinculada a la pérdida de empleo y el desempleo (Anderloni et al., 2012; Gutiérrez-Nieto et al., 2017; Townley-Jones et al., 2008; Aristei & Gallo, 2016; Patel et al., 2012; Schicks, 2014; Stone & Maury, 2006). También pueden experimentar aumentos inesperados en sus gastos, que pueden estar relacionados con problemas de salud física o mental, ya sea propios o de otros miembros del hogar (Aristei & Gallo, 2016; Patel et al., 2012; Townley-Jones et al., 2008).
Los conflictos domésticos, divorcios o problemas en las relaciones, así como conflictos con vecinos también se asocian a un mayor endeudamiento (Patel et al., 2012; Townley-Jones et al., 2008). Por último, se ha encontrado que los estudiantes pueden enfrentar shocks adversos relacionados con períodos de transición, como mudarse de alojamientos gestionados o regresar de una pasantía, lo que los hace más susceptibles a endeudarse (Robson et al., 2017).
Factores relacionados con los acreedores
Gutiérrez-Nieto et al. (2017) demuestran que la presión de las instituciones financieras puede contribuir al sobreendeudamiento de los individuos. En particular, la presión competitiva en el mercado puede llevar a las entidades financieras a otorgar préstamos irresponsables. Asimismo, las bajas tasas de interés y los límites de crédito más altos también pueden atraer a los clientes inicialmente y luego dejarlos sobreendeudados (Gutiérrez-Nieto et al., 2017). De manera similar, Murthi et al. (2019) proporcionan evidencia de que los consumidores se sienten atraídos por ofertas de bajo CAE (carga anual equivalente), y luego algunos de ellos terminan sobreendeudándose. Los autores concluyen que las ofertas promocionales de CAE aumentan el bienestar de los clientes necesitados a corto plazo, pero pueden fomentar el sobrecompromiso y llevar al sobreendeudamiento más adelante.
Factores relacionados con el macroentorno
Algunos estudios demuestran que las variables macroeconómicas, crisis económicas y la eficiencia del sistema legal, están asociadas con niveles más altos de sobreendeudamiento.
Por ejemplo, la deuda de los hogares en Sudáfrica se correlaciona con aumentos en los precios de la vivienda, la inflación, el PIB, los gastos de consumo de los hogares y los ahorros de los hogares, mientras que el ingreso de los hogares y las tasas de interés preferenciales disminuyen la deuda de los hogares (Meniago et al., 2013).
Las crisis económicas también pueden crear shocks adversos que afectan el sobreendeudamiento (Aristei & Gallo, 2016; Gutiérrez-Nieto et al., 2017). La desregulación y liberalización de los mercados financieros, así como el apoyo gubernamental reducido y el debilitamiento del estado de bienestar, los bajos salarios, la desigualdad de ingresos y las formas de trabajo precarias también pueden contribuir al sobreendeudamiento (Majamaa et al., 2019; Nield, 2015; Niemi-Kiesiläinen, 1997; Karacimen, 2014; Ryoo & Kim, 2014; Braucher, 2006; Leicht, 2012).
Por último, los gobiernos pueden introducir políticas de fomento del crédito, en las que los prestamistas y los responsables de políticas impulsan la expansión del crédito para acelerar el crecimiento económico, y como una alternativa a la expansión del estado de bienestar (Trumbull, 2012; Fuller, 2015; Dell’Ariccia & Marquez, 2006).