Tipo de cambio alto: ventajas y desventajas

El alto precio del dólar ¿es bueno o malo? ¿para quién?

El dólar, la principal moneda de reserva a nivel mundial, se ha apreciado enormemente durante los últimos meses. Que el dólar se haya apreciado significa que ha subido el tipo de cambio con el dólar en todos los países. Es dólar se ha estado encareciendo aceleradamente. Equivalentemente, podemos decir que el resto de las monedas se ha depreciado. En particular, el peso chileno ha sido una de las monedas que más se ha depreciado en relación el dólar. El peso ha alcanzado niveles históricamente altos, llegando incluso a los 1.000 pesos por dólar.

Que el dólar esté tan alto en Chile ¿es bueno o es malo? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de un tipo de cambio alto?

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Ventajas del tipo de cambio alto

Un mayor tipo de cambio puede aumentar las exportaciones y disminuir las importaciones, es decir, puede aumentar las exportaciones netas (exportaciones – importaciones), lo que se traduce en un mayor PIB. Aumenta la producción nacional.

En general, el mayor tipo de cambio favorece al sector exportador, ya que los productos y servicios chilenos se abaratan en términos de los bienes extranjeros (ceteris paribus).

Las importaciones se hacen más caras, beneficiando a los productores nacionales que compiten con los importadores de bienes. Por lo tanto, en general el tipo de cambio alto favorece a los sectores que compiten con los bienes importados.

Por último, un mayor tipo de cambio favorece a las familias y empresas que tienen activos en dólares. Por ejemplo, acciones, fondos mutuos o ETFs en dólares.

Desventajas del tipo de cambio alto

Las importaciones se hacen más caras, aumentando el precio de los bienes importados, lo que afecta negativamente a los consumidores. Este aumento también afecta a los productos y servicios importados de la canasta del IPC, por lo que también produce inflación.

Los trabajadores de sectores importadores (por ejemplo, buena parte del comercio), se ven perjudicados, ya que los mayores precios disminuyen la demanda de este sector.

El alto tipo de cambio también perjudica a las empresas que depende de insumos importados. En particular, destaca el precio del petróleo y otros hidrocarburos, que son importantes insumos de producción cuyo precio aumenta con el tipo de cambio.

Por último, perjudica a las familias y empresas que tienen deuda en dólares.

¿En qué medida son favorecidos los exportadores?

Los exportadores se benefician del mayor tipo de cambio, pero menos de lo que se esperaría. Si bien las exportaciones nacionales se hacen más baratas para los extranjeros (ceteris paribus), el ajuste a las mejores condiciones es lento, ya que se requiere tiempo para conseguir nuevos contratos de venta y para aumentar la escala de la producción. Estos cambios no suceden de forma instantánea.

Por otro lado, las empresas exportadoras suelen ocupar insumos importados. Por lo tanto, al mismo tiempo que aumentan sus ingresos también aumentan sus costos.

Por último, se observan efectos de hoja de balance, lo que significa que se producen desequilibrios en los balances de empresas que tienen activos y pasivos en moneda extranjera. Si una empresa tiene muchas deudas o cuentas por pagar en dólares, puede ser perjudicada por el mayor tipo de cambio.

Por lo tanto, el mayor tipo de cambio beneficiará en mayor medida a las empresas siempre y cuando se mantenga alto por un periodo prolongado.

¿Qué sucede en el corto plazo?

La curva J es un modelo económico que evalúa los efectos de una variación del tipo de cambio en el saldo de cuenta corriente, es decir, en el balance entre exportaciones e importaciones. A corto plazo, justo después de un alza importante del tipo de cambio, la cantidad importada no varía mucho, ya que los consumidores demoran en cambiar sus patrones de consumo. Sin embargo, el precio aumenta, por lo que el valor total de las importaciones (precio x cantidad) aumenta. En cambio, el valor de las exportaciones no cambia en el corto plazo, ya que se deben respetar contratos realizados con meses de anticipación, a precios anteriores (en moneda nacional). En consecuencia, el mayor tipo de cambio en lugar de mejorar el saldo de cuenta corriente (exportaciones – importaciones) lo empeora, haciendo que disminuya la demanda agregada y el PIB (producción nacional).

La evidencia muestra que la economía tarda entre 6 y 12 meses en adaptarse. Es decir, sólo después de este periodo se empiezan a observar los efectos positivos de un mayor tipo de cambio.

¿En qué medida se encarecen las importaciones?

Los incrementos del tipo de cambio no se trasladan completamente al precio de los productos importados. Sólo se traspasa un porcentaje. Este fenómeno se conoce como efecto traslación o pass-through.

Por ejemplo, las empresas importadoras pueden decidir no subir sus precios cuando aumenta el tipo de cambio por razones competitivas, ya que están tratando de ganar participación de mercado, compitiendo con otras empresas.

En el largo plazo, las variaciones permanentes del tipo de cambio sí se trasladan totalmente a los precios de los productos importados. Pero en el corto plazo, el grado de traslación es menor, cercano a un 50% según la evidencia empírica.

Este efecto debilita la curva J descrita anteriormente, atenuando la parte negativa, ya que los precios de las importaciones no son tan sensibles a las variaciones del tipo de cambio.

Conclusión

El aumento del tipo de cambio puede favorecer o perjudicar a distintos grupos de la población (hogares y empresas). Si es bueno o malo, depende del punto de vista del observador. No obstante, es claro que las variaciones del tipo de cambio tienen importantes efectos redistributivos del ingreso.

Por otro lado, los efectos, tanto positivos como negativos, no son inmediatos, y en parte son atenuados en el corto plazo, por diversos motivos. En consecuencia, sólo una variación permanente del tipo de cambio tendrá los efectos descritos anteriormente.

Finalmente, menciono que, dado que los efectos y los grupos beneficiados y perjudicados son poco claros, tampoco es claro la respuesta (en forma de políticas) que debería implementar el gobierno o el banco central. En situaciones como esta es mejor evaluar con calma los efectos sobre los grupos más vulnerables, como los hogares de bajos ingresos y las pequeñas empresas.

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