Ingreso o Renta Básica Universal
Contenidos
Este artículo se basa en los argumentos del documento de trabajo: Biehl A., Inostroza A., Irarrázaval I., Janiak A., Larrañaga O., Sapelli C., Traferri A., 2022. Política social en Chile: ¿se debiera implementar un Ingreso Básico Universal? Temas de la Agenda Pública, 17(153), 1-14. Centro de Políticas Públicas UC.
¿Qué es el Ingreso Básico Universal?
Las políticas públicas que benefician a la población pueden ser caracterizados según: (1) si la transferencia es o no monetaria, (2) si su entrega está o no condicionada, y (3) según la forma (o ausencia) de focalización.
El Ingreso Básico Universal (IBU) es una transferencia monetaria no condicionada y universal.
Que sea una transferencia monetaria significa que se entrega dinero. Que sea incondicional significa que no se exige el cumplimiento de determinados requisitos (e.g. trabajar a buscar empleo, asistencia de niños al colegio y centros de salud, etc.). Que sea universal implica que todos los ciudadanos o residentes lo reciben, independientemente de su ingreso o vulnerabilidad.
Ventajas
Mejora la eficiencia del gasto público, ya que no es necesario identificar a los beneficiarios. Así también se reduce la corrupción del Estado y el clientelismo.
Mejora el sistema de protección social, al entregar estabilidad a las personas frente a la incertidumbre; al fomentar la formalidad laboral y la declaración fidedigna de los ingresos; al reconocer a los trabajos no remunerados, como el trabajo doméstico; y beneficiaría a grupos tradicionalmente excluidos de los beneficios sociales por ser difíciles de identificar, como los trabajadores informales.
Permitirá enfrentar los nuevos desafíos del mercado laboral, como la automatización, que reduciría drásticamente la demanda de trabajo.
Mejora la cohesión social, ya que toda la población pagaría impuestos y se beneficiaría de ello. No obstante, el beneficio neto dependerá de la progresividad de la estructura tributaria que financie el programa.
Disminuye la estigmatización social de las personas que deben reconocer su condición de vulnerabilidad para acceder a beneficios sociales.
Desventajas
Su costo es extremadamente alto, lo que lo hace poco sustentable económicamente, sobre todo cuando cambian negativamente las condiciones económicas.
Por otro lado, no se reconoce el uso alternativo de los recursos, por ejemplo, en medidas más urgentes o de mayor impacto.
Su alto costo implicaría aumentar fuertemente los impuestos para financiarlo.
Al sustituir otras políticas sociales focalizadas, el IBU haría que las personas vulnerables reciban relativamente menos beneficios, lo que aumentaría la pobreza y la desigualdad.
El ingreso básico universal podría desincentivar a algunas personas a participar en la fuerza de trabajo.
Afectaría los movimientos migratorios, poniendo presión adicional sobre el financiamiento y generando tensiones sociales.
Evidencia empírica
El ingreso básico universal se ha implementado en Mongolia e Irán, y en ambos casos la política ha enfrentado dificultades importantes.
En Irán encontró oposición debido a que se pensaba que disminuía la oferta laboral (aunque no era así), lo que obligó a introducir medidas que focalizaban su entrega. Por otro lado, el monto entregado no ha aumentado en el tiempo, y su poder adquisitivo ha disminuido significativamente debido a la inflación. En Mongolia el programa se quedó sin financiamiento y tuvo que ser cancelado.
Las evaluaciones de impactos específicos son escasas, debido a que no se han implementado muchos programas de este tipo en el mundo. Existe evidencia de transferencias monetarias (condicionales y no universales) y de algunos programas piloto.
La evidencia descarta la hipótesis de que el IBU disminuye la oferta laboral, aunque sí encuentra algunos efectos en grupos específicos, que no necesariamente deberían considerarse negativos: algunos trabajadores abandonan la fuerza laboral para cuidar a otros o para educarse, y disminuye la participación de personas de la tercera edad y del trabajo infantil.
Aumenta la propensión a emprender de los trabajadores de menores ingresos, ya que enfrentan menos riesgos.
Reducen la pobreza monetaria, aumentan el gasto en alimentos y el ahorro.
Las transferencias monetarias mejoran la asistencia escolar de los niños y sus resultados.
Se encuentran mejoras en indicadores de salud: peso al nacer, indicadores de salud mental, calidad de la dieta, uso de servicios de salud, reducción del hambre, mejora general de la salud física y en los determinantes sociales de la salud.
Las transferencias monetarias aumentan el empoderamiento femenino. Las mujeres se involucran más en la toma de decisiones en el hogar, y aumenta su capacidad de negociación, reduciendo la violencia física y sexual. Esto ocurre cuando las mujeres reciben el dinero.
Conclusión
El ingreso básico universal es una política interesante, que tiene algunos beneficios muy deseables. Sin embargo, también tiene importantes desventajas que hace sea mejor pensarlo dos veces antes de implementarlo.
Las preguntas más importantes son: ¿Debería implementarse en una población con altos niveles de pobreza y desigualdad? ¿Debería implementarse cuando existen necesidades urgentes y políticas con mayor impacto?
Claramente se necesita contar con más evidencia, y tal vez esperar que otros países en mejores condiciones económicas y sociales lo implementen y midan sus impactos.